"Hemos venido a este mundo como hermanos; caminemos pues, dándonos la mano y uno al lado del otro." (William Shakespeare)



En familia...


Porqué enseñar valores a los niños

El comportamiento humano está regido por unos principios o valores que son el pilar de la sociedad. Todos vemos, vivimos y sufrimos a diario las consecuencias que ha tenido en nuestra sociedad el descuido de la educación en valores.

Los niños tienen cada vez mayor acceso por la televisión, los juegos electrónicos y otros medios a contenidos que les enseñan violencia, odio, muerte y competencia y si no aprenden desde temprana edad a discernir lo que está bien de lo que está mal, difícilmente lo aprenderán cuando sean adolescentes o adultos. Educar a los niños en valores les permitirá tomar decisiones más acertadas durante toda su vida y esto a su vez los hará personas más seguras, plenas y felices.

La enseñanza de los valores se inicia en el hogar, promovida por el ser y el hacer de los padres y otros adultos significativos para el niño; más tarde, en la escuela estos valores deberán ser ampliados y fortalecidos.
Cómo enseñar valores a los niños

Los niños pequeños aprenden con el ejemplo, por lo tanto enseñar a los niños y niñas los valores implica un compromiso personal. Es necesario dar el ejemplo con actos y palabras para que los niños los asimilen, los imiten y los vivan.

Antes que nada es necesario que cada familia tenga muy claros cuáles son los valores que considera más importantes y que por lo tanto, quiera inculcar a sus hijos. Después debe asegurarse de que los niños entienden qué significa cada uno de esos valores.

A continuación se dan algunos ejemplos de conductas y actividades que ayudarán a los niños a vivir algunos valores.
Generosidad
niños pequeños jugando con un tren

La generosidad es la propensión del ánimo de una persona a ser útil e interesada a otro ser mostrando nobleza, valor y esfuerzo. Las personas generosas son nobles, desprendidas y dadivosas.

Los niños deben aprender a actuar a favor de otras personas sin esperar nada a cambio, para lo que deben ser educados poco a poco. Los niños aprenden a ser generosos cuando son animados a:

Ceder sus juguetes en el juego
Comprender que significa ser generoso y qué significa ser egoísta.
Compartir sus juguetes y caramelos

Además, para que los niños sean generosos es necesario que:

Vivan en un ambiente de participación y servicio
Vean que sus padres ayudan a otros padres y les hacen favores
Identifiquen las necesidades de los demás

Obediencia

La obediencia es una actitud de colaboración y participación. Para que un niño aprenda a ser obediente debe explicársele el porqué de las cosas que se le piden.

Para que un niño aprenda a ser obediente es necesario:

Que sepa qué es lo que sus padres o maestros quieren
Entienda la satisfacción que su obediencia producirá
Entienda el valor y la razón de cada orden
Tenga claras cuáles son sus obligaciones y sus deberes
Tenga reglas claras en la casa y en la escuela
Sienta la aprobación de sus padres o maestros cuando es obediente
Sienta que si desobedece no consigue lo que quiere


Perseverancia

niño armando torre de bloques La perseverancia es alcanzar lo que se propone buscando soluciones a las dificultades que puedan surgir. Es un esfuerzo continuo. Una persona perseverante es menos propensa a dejarse llevar por lo fácil y lo cómodo. La perseverancia brindará a los niños estabilidad, madurez y confianza en sí mismos.

Los niños aprenden a ser perseverantes primero, con el ejemplo de sus padres y luego:

A través de sus deberes
Los problemas y dificultades que se le presentan
Jugando, perdiendo o ganando
Con sus ilusiones y sus metas
Sintiendo el apoyo de sus padres
Sabiendo que se puede aprender tanto de las experiencias malas como de las buenas
Percatándose de que vale la pena luchar por lo que se quiere
Cuando tiene que cumplir una tarea para conseguir lo que quiere
Teniendo en cuenta sus triunfos y éxitos
Recibiendo felicitaciones por sus logros
Identificando sus errores y procurando no repetirlos
Cuando reciben estímulos de sus padres
Haciendo manualidades
Aprendiendo a ahorrar


Respeto al bien común

niño plantando flores El niño debe aprender desde pequeño a respetar los bienes comunes que hay en la casa o en la escuela así como los bienes sociales como parques, bibliotecas, monumentos, cines, museos, etc. Los niños pueden aprender este valor con el ejemplo de sus padres y

Observando las señales de los sitios públicos
Acudiendo con frecuencia a bibliotecas, museos, parques y otros sitios públicos
Estando en contacto con la naturaleza, conociendo su valor y aprendiendo a cuidar el medio ambiente
A través de actividades grupales como talleres de reciclaje

Tolerancia
dos niños dentro de automovil leyendo y uno tocando saxofon

Ser tolerante es ser respetuoso y considerado con los demás, aún cuando sus ideas, creencias o prácticas sean diferentes a las nuestras. Para que los niños aprendan a ser tolerantes debe invitárseles a:

Escuchar a los demás
Escuchar las opiniones de sus amiguitos
Ponerse de acuerdo con sus amigos con respecto al juego
Conocer diferentes culturas
Viajar con la familia
Evitar burlarse de los demás


Responsabilidad

niña haciendo su tarea escolar La responsabilidad guarda relación con el asumir las consecuencias de todos aquellos actos que realizamos en forma consciente e intencionada. Los niños aprenden a ser responsables cuando:

Les permitimos que hagan sus deberes por ellos mismos
Tenemos confianza en ellos y se lo demostramos
Evitamos hacer por ellos lo que son capaces de hacer según su edad.

Tips para la enseñanza de valores

Leer cuentos que hablen sobre algún valor en especial es una buena manera de ayudar a los niños lo que significa ese valor.
Organice juegos en familia donde se promuevan los valores.
Designe una semana para fomentar algún valor en especial. Esa semana lea cuentos sobre el tema y organice actividades para fomentar ese valor hasta que se asegure de que los niños lo han entendido y pueden aplicarlo a situaciones diarias.
Reconozca al niño cada vez que actúe de acuerdo con el código de valores que usted quiere inculcarle.




 La gratitud, ¿sabes como enseñársela a tus hijos?
Diez cosas que puedes hacer para para enseñar la gratitud a tus hijo


  • Sé agradecido y dale ejemplo. ¿Cómo va a aprender si no se lo enseñas tú? ¿Esperas a que lo aprenda en la televisión o con los amigos? Quizás sea un buen momento para pensar cómo demuestras tu agradecimiento en casa. 
  • Comienza a educar en la gratitud cuando son pequeños y capaces de agradecer con alegría y espontaneidad. El ánfora guarda siempre el aroma del primer vino que guardó. Horacio
  • Enséñale a ser agradecido, no solo con palabras, sino también con detalles, con gestos, con sonrisas, con abrazos, con sorpresas, con su tiempo. Cuando la gratitud es tan absoluta las palabras sobran. Álvaro Mutis
  • Enseña a tu hijo a agradecer sin esperar nada a cambio; tan solo por el placer de sentirse bien. El acto de agradecer es gratuito; no deberíamos estropearlo esperando algo a cambio.
  • Enséñale a ser agradecido consigo mismo, con su esfuerzo, con la superación de sus propios desafíos. Elige cada día con él un objetivo pequeño a cumplir para que, al conseguirlo, pueda darse así mismo las gracias por haberlo hecho: ayudar a poner la mesa, sonreír al entrar y salir de casa, colocar bien la mochila en lugar de tirarla al suelo. Ningún hombre digno pedirá que se le agradezca aquello que nada le cuesta. Terencio
  • Gratitud y humildad van cogidos de la mano. Cuando le enseñes a agradecer, no te olvides de enseñarle a ser humilde. La gratitud, como ciertas flores, no se da en la altura y mejor reverdece en la tierra buena de los humildes.José Martí
  • Enséñale a agradecer, no solo las veces que alguien nos ayuda o nos regala algo, sino también por recibir las bendiciones de la vida: unos padres que le quieren, el alimento de cada día, un hermano con quién jugar, una cama limpia, las estrellas, la amistad, la lluvia, el sol, etc. Está bien agradecer los regalos que recibe en su cumpleaños pero no hay que conformarse con eso. Aunque a él le parezca normal, no todos pueden ver el mar, oler las flores o ir al médico cuando están enfermos.
  • Formula un enunciado familiar que guie vuestro comportamiento: En esta familia nos abrazamos muuuuy fuerte cada vez que recibimos ayuda de los demás.
  • Enséñale a gradecer también los problemas que se encuentre en la vida porque éstos le ayudarán a mejorar: Dale las gracias a Jaime porque, aunque te ha quitado tus lápices, te ha enseñado lo mal que se sienten los otros niños cuando tú les quitas también sus lápices. Desarrollará una potente resistencia a la frustración.
  • Juega a ser agradecido. ¡Ser agradecido también es divertido! En una caja de zapatos introduce 5 fotografías en las que aparezcan las personas más allegadas a él: sus abuelos, sus hermanos, mamá, papá, la/el canguro, su profesor/a o sus compañeros de clase. Cada mañana debe elegir al azar una imagen y esforzarse en agradecer algo que esa persona haya hecho por él aun sin ninguna intención: sonreírle, darle un beso, contarle un cuento, cocinar su cena, jugar con él, hacer su cama, etc. Inventa con tu hijo maneras de agradecérselo: con un abrazo de collar, con una llamada de teléfono o con un besito de pingüino. Por supuesto, tu también debes elegir una fotografía y jugar con él.





Juegos para fomentar la solidaridad
El objetivo de los juegos cooperativos es favorecer la colaboración entre los participantes
La competición es un factor que se repite en los juegos. Siempre hay un ganador, que vence al resto de participantes. Sin embargo, los juegos cooperativos pretenden justo lo contrario. Todos ganan y, en lugar de tener rivales, se cuenta con aliados. La mayoría son propuestas nuevas, pero en algunos casos se crean alternativas a los juegos tradicionales. Esto ocurre con el juego de las sillas: en lugar de intentar ser el primero en sentarse en una silla libre para que otros se queden sin ella, hay que acomodarse de forma que se deje sitio a otros compañeros, ya que las sillas se comparten.
Educar mediante el juego no es ninguna novedad, pero sí el modo de hacerlo. Estos entretenimientos han comenzado a utilizarse, entre otras cosas, para mejorar la relación entre generaciones o ayudar a combatir la obesidad, pero también son una herramienta útil para fomentar la solidaridad entre niños, jóvenes y adultos. El fin de los juegos cooperativos es "ganar o perder juntos". Hay un desafío, "como en todo juego", pero es externo al grupo. "No consiste en ganar a otro jugador, sino en cooperar para vencer a un elemento externo, como puede ser la lluvia", explica Josune Igoa, coordinadora del Centro de recursos en juegos cooperativos Kometa.

"No consiste en ganar a otro jugador, sino en cooperar todos juntos para vencer a un elemento externo"
Este centro, ubicado en San Sebastián, es pionero en el ámbito de los juegos cooperativos. Pone a disposición de las familias, los centros educativos o las ludotecas diversos materiales para practicar la solidaridad mediante juegos de mesa y juegos físicos. Es un centro donde "consultar, crear y experimentar" con una amplia variedad de entretenimientos, que se prestan a los socios durante diez días. Los juegos se eligen en función de la edad de los participantes. A las familias se les permite tomar prestado uno, mientras que los centros educativos pueden seleccionar algún modelo más.

La ONG InteRed ha sido la principal impulsora en nuestro país, en colaboración con Kometa. La organización subraya que estos juegos "fomentan valores como la ayuda mutua, la confianza en los otros, la tolerancia, la búsqueda de estrategias y de consenso". Su origen se remonta al conflicto de Vietnam -nacieron como oposición a la guerra- y su principal lugar de origen es Alemania, aunque también son comunes en Francia. Para que los jugadores conozcan su procedencia y la identidad del creador, siempre se destaca el nombre del autor.

Individuales o en grupo
La mayoría de los juegos cooperativos requieren la participación de diversas personas. No obstante, también hay diseños de lógica para jugar solos. Algunos profesores los aprovechan para profundizar en determinadas materias que se estudian en el aula o, de manera general, para impulsar el compañerismo.

"El lápiz cooperativo" es uno de los juegos más divertidos. Está pensado para grupos de 2 a 10 personas, "en espacios cerrados o en la calle". Se ha previsto tanto para disfrutar con él en guarderías como en geriátricos y para terapias. El objetivo es dibujar entre varias personas un objeto. Está formado por una plataforma central con una pintura, de la que salen varias cuerdas. Cada jugador sostiene una cuerda con la mano y debe coordinarse con el resto para mover la pintura hasta terminar el dibujo.




En el "Baile de mariquitas" (para un máximo de seis jugadores a partir de 6 años), el fin es llegar primero al baile de carnaval. Para ello, hay que disfrazar a las mariquitas e intercambiar sus barritas de colores. Se colocan una enfrente de otra y se observan, "cuando una mariquita no quiere intercambiar su barra, se da la vuelta para indicar su negativa". Deben disfrazarse antes de que las "glotonas" hormigas lleguen al baile.

"El mar en juego" anima a recoger todas las galletas de chapapote derramadas en el mar, los participantes de "Avalanchas" organizan cuatro expediciones para atender a otras tantas llamadas de emergencia, con "Frutalito" hay que recoger entre todos las cerezas antes de que el cuervo llegue al árbol y "El bosque encantado" está ideado para niños a partir de 4 años, que deben salvar al mago, "Embrujado por la malvada reina". Para ello, han de memorizar los ingredientes de una poción mágica y elaborar juntos la receta.


Decálogo de valores
InterRed y Kometa han elaborado de manera conjunta un Decálogo de valores del juego en el que se destacan los requisitos que debe cumplir un juego cooperativo. Las características son:

•Placer. El juego es "alegría de vivir, es disfrutar del momento".
•Crecimiento. Construye una felicidad de sólidos cimientos.
•Libertad. Las personas eligen si juegan o no.
•Diversidad. El juego es irrepetible porque nunca se desarrolla igual.
•Integración. Favorece la integración de los participantes "desde el conocimiento, la escucha, el entendimiento y aceptación de las reglas y dinámica del juego".
•Creatividad. Posibilita el aporte constante de nuevas soluciones, ideas y diferentes maneras de jugar.
•Participación. Es un instrumento de comunicación, escucha, socialización e interacción social.
•Transformador de conflictos. En él se toman decisiones, ayuda a solucionar situaciones problemáticas mediante estrategias de acción.
•Cooperación. La meta se alcanza a través del esfuerzo de todos los participantes.
•Interculturalidad. El juego ayuda a "descubrir, conocer y respetar diversas maneras de ser, vivir, pensar, sentir y actuar".

"CONSUMER EROSKI"
Fecha de publicación: 23 de marzo de 2010